Villa Guerrero, El Seibo — A casi una semana del desalojo masivo que dejó sin hogar a unas 50 familias en el sector Los Solares, la desesperación y el silencio oficial se han convertido en el nuevo paisaje de esta comunidad. El pasado viernes, retroexcavadoras y agentes policiales ejecutaron la demolición de viviendas con pertenencias aún dentro, dejando a decenas de personas —incluyendo niños, ancianos y mujeres embarazadas— expuestas a condiciones infrahumanas.

Las casas, construidas con esfuerzo colectivo y materiales precarios, fueron reducidas a escombros sin previo aviso ni presencia de autoridades provinciales que mediaran u ofrecieran asistencia. Según testimonios, el operativo habría sido ordenado por el alcalde Leo Francis Zorrilla para favorecer un proyecto habitacional privado, aunque esta versión ha sido desmentida por el alcalde.

Por su parte, el alcalde Zorrilla ha negado haber ordenado el desalojo, asegurando que ni él ni el ayuntamiento fueron responsables directos. Sin embargo, afirmó que como funcionario público no puede ir en contra de lo que establecen las leyes dominicanas. En declaraciones ofrecidas en el programa El Poder de la Mañana, Zorrilla expresó su rechazo a la forma en que se ejecutó el desalojo y enfatizó que “nunca va a estar de acuerdo con que se maltrate a cualquier persona, y menos a una de su ciudad”.

El alcalde también manifestó su disposición a reunirse con los afectados y planteó que la solución al conflicto es la culminación del proyecto de 100 viviendas que el gobierno desarrolla en la zona. Aseguró que las familias desalojadas serán las beneficiarias de dichas viviendas, bajo la supervisión de una comisión comunitaria conformada por el padre Mario Martínez (vicario de la diócesis de La Altagracia), María Toribia (Hna Dominica del Rosario), el pastor Eddy Álvarez y otros representantes de la sociedad civil, quienes ya han realizado un levantamiento de las familias sin techo ni solar.

La comunidad exige la intervención urgente del gobierno local, el Ministerio de la Vivienda y organismos de asistencia social. Solicitan al menos un albergue temporal, atención médica y garantías de reubicación digna, ya que desde ese dia no han vuelto a ser los mismos.

Organizaciones civiles y líderes comunitarios han iniciado gestiones para visibilizar la situación y presionar por respuestas. Mientras tanto, los desalojados sobreviven donde familiares, expuestos al sol, la lluvia y la indiferencia de las autoridades.

 

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