El pasado sábado se celebró el funeral de Wilki Licien que falleció el jueves 29 de octubre, en el Hospital Dr. Teófilo Hernández. El joven, de 35 años de edad, fue llevado al hospital por miembros de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) alrededor de las 3 pm, en estado semiinconsciente y sin poder mantenerse en pie.

La marcha fúnebre ha recorrido algunas de las principales calles de El Seibo en su camino hacia el batey de La Mallita, donde fueron enterrados los restos. La comitiva de cientos de personas que acompañaban el féretro, quería mostrar su repudio ha una muerte que consideran causa de la brutalidad policial ejercida por los miembros del CNDC y piden justicia ante este hecho.

La esposa del fallecido, su hermano y distintos familiares afirman que el Wilki presentaba golpes en todo su cuerpo especialmente en el pecho, cuello y cara; y aseguran que la muerte del joven vino causada por estos golpes propinados por los agentes de la DNCD. Este efectivo policial, perteneciente al destacamento de Miches, citó, presuntamente, a Wilkin haciéndose pasar por civiles con la intención de comprar sustancias ilegales; cuando el fallecido se presento en el lugar de la cita, cerca del hipermercado Zaglul, el equipo de la DNCD procedió a su detención, pero en lugar de trasladarlo a la policía, lo llevaron a un lugar apartado, detrás del mencionado hipermercado y allí, según afirma la familia, le golpearon cruelmente hasta dejarlo inconsciente.

Es la propia DNCD quien lleva a Licien al hospital provincial y se avisa a la familia; sin embargo no permitieron entrar a ningún familiar dentro de la habitación donde estaba. Excepcionalmente, permitieron que la esposa lo viera a penas unos minutos; no sin antes registrarla, para asegurarse que no portaba ningún celular dentro de la habitación. Loida de Mota, que así se llama la esposa del fallecido, explica las condiciones en las que se encontraba su marido cuando logró verlo: “Wilkin no podía hablar, no abría los ojos, nada más me decía —ay, me mataron—, lo único que él podía decir”

El hermano de la víctima denuncia, además, que la DNCD no permitió que trasladaran a su hermano a San Pedro de Macorís como aconsejaba el personal médico: “cuando llegué al hospital y pregunto por qué no lo refieren para Santo Domingo, la doctora me dice -Sí, lo queremos referir, pero ellos (los miembros de la DNCD) no quieren—“, cuando me despego yo le digo —¿comandante, y por qué no quieren que lo refieran para San Pedro?— y el me dijo —No, porque él se siente bien, está mejor—, pero mi hermano estaba agonizando en la habitación”, concluye el hermano de Wilkin.

El joven permaneció en el hospital desde las 3 de la tarde y hasta pasadas las 7 de la noche, hora aproximada de su fallecimiento. El motivo de la muerte, según el informe médico, fue un edema pulmonar; sin embargo, el informe de la autopsia, que entregaron a los familiares al día siguiente, refiere como causa de la muerte un infarto. “Ellos suponen que por una carrera que le dieron, él se sofocó y le dio un paro cardiaco, eso no es cierto. Ellos mienten al decir que no le dieron golpes, porque tenemos las pruebas suficientes para demostrar que ellos sí le golpearon, de una manera muy cruel”, aclara la esposa.

Familiares y amigos de la víctima, con el apoyo de la Comisión de Derechos Humanos del país, están decididos a iniciar una investigación y presentar el caso a la fiscalía. Con esta demanda buscan esclarecer los hechos y en caso de que se confirmen sus sospechas que se haga justicia y se castigue el abuso policial que está prohibido expresamente por nuestra constitución.

Redacción de Radio Seybo

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